La mirada que se esconde

 

El retrato es el género fotográfico que más me intimida y el que más me conmueve.

Fotografiar a una persona es una gran aventura, es un encuentro erótico donde tanto el el fotógrafo como el retratado exponen su vulnerabilidad. El momento es lo que es y lo mejor es entregarse. Atrapar el gesto que descifre el alma del otro. Una mirada esquiva que abunda en misterio. Unos ojos cerrados que dicen sueños. Espaldas que equivalen a rostros buscando el camino. El retrato es la materialización de un silencio poderoso, que nos invita a viajar con aquel que se deja retratar.